
El último que se ha manifestado en favor ha sido Ross Brawn, actual jefe de Mercedes GP, quién pasó muchos años en Ferrari, incluyendo en ese periodo la temporada 2002, cuando en el GP de Austria de aquel campeonato Rubens Barrichello debió ceder el triunfo a Michael Schumacher de forma escandalosa, dando lugar desde entonces a la vigente prohibición de las órdenes de equipo.
Por eso Brawn tiene muy clara su postura al respecto: "Entiendo perfectamente que los aficionados se sientan disgustados con lo que tuvieron que ver el domingo. Pero la prohibición de las órdenes de equipo es absolutamente irreal. Los equipos y la FIA deben buscar juntos una solución transparente, que proteja la integridad de la competición y salvaguarde el deporte".
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